Confieso que he venido deseando tu nombre a cada hora mágica, y he llegado a preguntarme si la hora en mi reloj estará mal puesta, o si tu nombre es muy común, o si debería desear más que un nombre. Confieso que he intentado convencerme que los deseos de horas mágicas no sirven de nada, pero cada vez que miro el reloj y me atrapa la casualidad, me acuerdo de ti y miro el teléfono intentando encontrarte.
A veces tengo suerte y estás ahí, entonces vuelvo a creer.
A creer, a querer, a caer. Y así es mi rutina.
Oooh, alguna vez estuve en esa situación... No volvería ahí xd
ResponderEliminarAl menos ya pasó, para las dos :3 (perdona que me haya demorado la vida en responder, estaba en un retiro xD)
EliminarAbrazos! :)
Recordar momentos es bueno. revivir esos pequeños instantes fatuos que nos alegran la vida o mejor dicho y sin esfuerzo, ese momento.
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