lunes, 30 de septiembre de 2013

Es culpa del pololeo anterior

Yo creo que las dos palabras más utilizadas en este gobierno han sido "gobierno anterior" (o su variación de "gobiernos anteriores"). En este caso yo no vengo a hablarles de política ni de gobiernos, sino de las culpas que pueda echarle al pololeo anterior (o su variación de "pololeos anteriores").

Uno de los factores comunes entres todos mis pololeos han sido que todos se han acabado (por algo ahora estoy soltera). Entonces llegado a este punto y después de siete años, tres pololeos seguidos y tres andantes intermedios fracasados me pregunto "¿para qué voy a empezar algo si se va a acabar?". Así de pesimista, y es que este no es como el dilema de hacer o no hacer la cama si igual la voy a desarmar, o bañarse o no bañarse si igual me voy a ensuciar. Es algo un poquitito más profundo porque en una relación ponemos en juego muchas ilusiones, que al final de todas mis relaciones se han convertido en desilusiones... y en lágrimas. O sea, yo no lloro porque cada mañana mi cama amanezca desarmada, ni porque al final del día no esté tan limpia como cuando recién salí de la ducha, pero por fracasos si que he llorado. Y harto.

Y pucha, en el paseo de los huerfanitos de mi corazón he llegado a establecer lazos tan fuertes con algunos hombres, que algo de recelo guardo en conocer a alguien nuevo, aprender sus gestos, construir un lenguaje, poner sobrenombres, saber lo que le gusta, lo que no le gusta, etc. Intentar ser uno cuando eso es imposible, cuando somos vidas separadas. Volver a poner la relación en facebook tirando globos al cielo, volver a sacarse fotos, volver.... volver cuando es imposible. Cuando ya no soy tan romántica como antes, cuando ya no creo en la casa con perros y conejos y casarse y ser felices. O sea, el cuento ya me lo vendieron tres veces, y ustedes ya conocen el cuento del lobo ¿o no? Después de un tiempo la gente se vuelve incrédula, y discrepando un poco con la frase del face que dice que es más fácil abrir las piernas que el corazón, yo creo que es fácil abrir las dos cosas... lo que no es fácil es volver a levantarse después de tanto proyecto fracasado, y si sé que el que no se arriesga no cruza el río, pero aquí estoy. La otra orilla aún no me convence.

3 comentarios:

  1. Velo como el juego de Santa Claus, ya no lloras por que sabes que no existe, ya no eres una niña, pero es entretenido el momento de creer voluntariamente la ilusión cuando es compartida. La "mentira sagrada" :)

    Saludos
    Caleidoscopio

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    1. Volví a creer en el viejito pascuero :) quizás ese sea mi problema, me ilusiono mucho y creo de verdad, o al menos volví a hacerlo

      Abrazos!

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    2. Genial! Feliz navidad entonces!! :D

      Caleidoscopio

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