lunes, 26 de agosto de 2013

Los números

Querido Nada:

A los adultos les encanta resolver o complicar sus cosas con números. Creo que me he convertido en uno de ellos, al menos cuando me envuelve el pensamiento de que él haya nacido en el mes número 1 y yo en el 6... y que eso pueda explicar su lentitud a la hora de tomar decisiones y mis arrebatos y ganas constantes de lanzarme al vacío... y nuestra incompatibilidad zodiacal.

Hoy cumplimos un mes de 31 días juntos, 31 días que parecen 5 días porque en el fondo y en la superficie no hemos hecho mucho, pero inevitablemente soy feliz... al menos cada vez que lo veo, antes de que abra la boca; al menos cada vez que estamos juntos, antes de que abra la boca. Y bueno ya, la felicidad se extiende si abre la boca sólo para besarme.   

Y si me gusta cuando él no abre la boca para hablar es porque las palabras sobran cuando la sinceridad desborda. Y es que es obvio que no vamos a pasar la vida juntos, que no soy la mujer perfecta, ni la más bonita del mundo ni nada, pero eso no tiene porqué ser tema. Al menos no cada vez que nos vemos. Ya, sí, mejor miénteme e invéntame un plan de mochileo para el verano y dime que soy la más bonita, al menos de tu mundo... baja de tu ego, de tus vídeos con minas bacanes y sólo mírame con amor, mírame como te miro yo y deja de darme material para mis discusiones con la almohada, para quedarme pegada mirando una ampolleta.

La confusión.

¿Será que te quiero más porque no te conocía? ¿Porque no esperaba nada de ti? ¿Porque no esperaba un superhéroe?... ¿Será que por eso te quiero tanto?... ¿Será que siento que te decepcioné?... me mirabas hace años, nos reencontramos, tú buscaste, tú esperaste encontrarte con una mujer inventada sin siquiera conocerme bien; yo sólo esperaba vivir una aventura y nada más. Pero aquí estamos, cumpliendo un mes. Y pensándola, porque igual siento que partiste como caballo inglés, muy rápido y ahora muy lento. A la semana me habías presentado a tu familia, a la semana querías pololear, y ahora no somos nada. Si hablo de terminar me preguntas "qué"... ¿Qué? pucha, esto po... terminar de vernos, de tirar, de bleh, no sé... algo hay, ¿o lo inventé?   

No, no lo inventé, porque no somos pololos, pero está prohibido besar a otras personas. No somos pololos pero nos vemos casi todos los días. No somos pololos, y no puedo decir "lo siento, estoy pololeando, espere unos cuantos meses", puedo coquetear con libertad, pero me corto entera si estás cerca. Porque te quiero, y quererte significa no querer estar con otras personas.

Entonces me pregunto que si no existiera este pacto de fidelidad sería tan fiel. Depende del día en verdad y de cuan picada ande. Y como depende del día, tampoco creo cuando dices que soy la única que te gusta... porque pucha, yo estoy del otro lado, viviendo esta relación que está igual como al comienzo, que no son 31 días, sino 5... 

- Supongo que quiero necesito que me amarren, porque nunca fui tan feliz en los brazos de alguien (callado). Nunca sentí que mis abrazos calzaran de esa forma en los abrazos de otra persona. Y pucha-pucha... igual espero con todas mis ganas que sea más. Igual siento que caigo, que me enamoro...

- Supongo que no quiero que me amarren, porque no quiero comprarme un pedazo de felicidad. Tampoco quiero dar explicaciones cuando el estado sentimental de facebook cambie para mal, porque como tú dices... no vamos a durar tanto.

Supongo que no sé qué quiero, tal vez sólo quiero una foto juntos y felices, una prueba de que existimos... de que si estuvimos juntos, aunque tú no lo sepas...

Shao

No hay comentarios:

Publicar un comentario