© Barbara Ortiz
Anoche soñé con el derrumbe de las ilusiones. Quiero darle un significado pero no sé cual, salvo que toda esta etapa es tan inestable que basta con no creer para que todo acabe. Al menos creer me hace bien, aunque no ocurra nada. Tuve cuatro sueños anoche, cuatro sueños que en realidad fueron pesadillas. Sólo salía de ellos cuando empezaba a decir "despierta", y para asegurarme que no volvería a caer dormida, miraba la hora... un acto completamente racional.
Anoche lo vi en mis sueños, y esta vez el sueño no era feliz. No corría a sus brazos como la primera vez, ni él me señalaba lo contenta que estaba. Anoche tuve miedo, porque yo viajaba con la posibilidad de encontrarlo y caminaba por calles remotamente conocidas, entregándome a la casualidad. El miedo venía de mi temor a hostigarlo, de mis ganas de que él me encuentre primero y no yo encontrarlo a él. De todas formas, tomaba un bus con esta mezcla de terror y esperanza y me bajaba en una plaza de calles enormes. Me encontraba con lo que parecía una cita concertada (que yo había olvidado), una reunión de amigos donde él estaba barbudo y perfecto. Tuve miedo de que estuviera casado. En el encuentro también estaba una mujer que lo había querido, al menos que lo había deseado de una forma más sincera que la mía. Me escondí en mí misma y me puse a hacer puzzles con un desconocido, temiendo su elección. Los puzzles no tenían ningún sentido, eran como problemas físicos y él nos escuchó discutir. Me ignoró un rato y luego vino a sentarse junto a mí y me besó dos veces, de esos besos que se dan las parejas cuando se conocen mucho tiempo, de esos que no saben a nada... o sólo saben a tedio. Eso no me hizo feliz. La única felicidad fue que me escogiera. Ilusión caída, la casa empezó a cambiar y se convirtió en una casa del terror, llena de fantasmas y seres malignos. En un momento nos soltamos, y por querer salvarlo salí corriendo a fin de que me persiguieran. Él se quedó con la otra mujer y su amiga, mientras yo huía por un escenario que había cambiado completamente, donde todos eran de ese bando oscuro.
Despierta.
Despierta.

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