Cinco formas de tortura que usted puede encontrar en su dentista más cercano

1. Los brackets: Para mí los brackets son la primera fase de la tortura y el padecimiento que pronto se avecinan, y es que nadie que tenga conocimiento de causa puede celebrar que no se rompió la boca  durante su tratamiento (Léase "que no se rompió la boca al menos mil veces durante su tratamiento") durante cualquier mala maniobra (Léase dormir boca abajo, dar un beso, intentar verse una muela, etc).

2. La placa: Si el dentista consideró que no te veías lo suficientemente feo y amorfo con tus frenillos, te mandará a hacer una placa para usar día y noche, 24/7. Y la placa, además de fomentar tu nuevo tipo de belleza, es asquerosa; se te queda toda la comida pegada y además hablas como idiota. A mí me la pusieron porque mis dientes estaban tan chuecos que si comía se me caían los backets (YAY!).

3. El arco lingual: el arco lingual es un arco (OLA) que te ponen por detrás de los dientes de abajo. Es posible que tu lengua choque constantemente con él y pase "de bistec a carne molida". 

4. La barra palatina: La más odiada, yo duré dos días con ella y pedí por favor que me la sacaran. La barra palatina va en el paladar superior y te causa náuseas constantemente, además que volvemos al punto en que hablamos como idiotas. Como para salir a la conquista 1313. 

5. El Bangar: Sólo su nombre es del terror, es la clave para que se abran todos los portales al infierno. Es que el bangar, o como sea que se escriba, es algo así como un alicate con el que te cortan y tiran todos esos fierros que no tienes idea como caben en tu boca.